jueves, 29 de diciembre de 2011

Siegburg (10/12/11)

Sin duda el mejor de todos los mercados navideños visitados. El mercado de Siegburg está ambientado en un mercado medieval, con bufones, herreros, carpinteros, soldados y juglares...
Y nada más llegar nos encontramos con un gran recibimiento:


Antes de nada, comentar un poco sobre Siegburg. No es un pueblo con nada del otro mundo. Es muy famoso por su mercado medieval y poco más. A lo sumo puedes encontrarte con la iglesia:


 
También hay un monasterio en lo alto de una colina que se alza en mitad del pueblo, pero como no tuvimos tiempo de ir, pues no tenemos fotos del mismo.
Aunque bueno, alguna casa bonita que otra que sobrevivieron a la guerra quedan.


Volviendo al mercado. No es como la mayoría de mercados medievales a los que estamos acostumbrados en los que te encuentras a la misma gente de otros mercados "de fiestas", digamos, vestidos de medievales. 

Aquí te encontrabas con un carpintero haciendo las piezas completamente a mano, al herrero con su pequeña forja, etc...

El herrero en su forja (al fondo)

El capitán alabardero de la guardia de la ciudad charla con el sacerdote mientras toman un vinito.
Jenny en mitad del mercado.


Este hombre no estoy seguro de que era, la verdad. :/

Como puede verse, en el mercado había bastante gente.
Tras deambular un rato por el mercado, nos llamó la atención un bufón que gritaba a lo alto anunciando que iba a comenzar su número.
Nos acercamos y vimos que el hombre hizo unos cuantos juegos de malabarismo, entre chistes y tontadas. Por ejemplo le echó la bronca a los panaderos que estaban a su lado porque de repente nos llenaron de humo de sus hornos y más tarde gritó a los músicos del ayuntamiento que estaban tocando canciones navideñas.

El bufón haciendo trucos con las bolas
Y más tarde con fuego.
Tras esto fuimos a tomarnos un café.

Mi cara de satisfacción lo dice todo.
 Más tarde, en el mercado otra vez, nos acercamos a un grupo de gente que estaba curioseando alrededor de un puesto. Y descubrimos un juego de apuestas que involucraba a un gracioso ratoncito.

Todos los niños participando en el juego alrededor de la mesa.

El protagonista del juego.
Y ya que estábamos entre ratones, nos acercamos al "Teatro de los ratones" a ver que se cocía por allí. Entonces vimos a un hombre contándonos una historia con sus ratones: La princesa, el príncipe y el malvado villano que quería secuestrar a la princesa. Y mientras contaba la historia hacía que los ratones nos enseñasen ciertos truquillos y equilibrismos:



Después nos acercamos a la taberna para probar "Sangre de Vikingo" (vino blanco con miel y zumo de arandanos) e "Hidromiel", que te servían en preciosos cálices de barro.  Tras lo cual nos marchamos de vuelta a Bad Honnef.

!!Qué solemne!!
Nos vemos

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